Aquí sigo, en esta vida nociva intoxicada por la miseria y el
sufrimiento. Vida alimentada por el odio, la envidia y
la infelicidad. Hace ya tiempo que todo se convirtió en
un sueño arrebatado, un sueño que jamás volverá.
Como una lenta cuenta atrás repleta de soledad y tristeza,
de la lágrima más sincera, la mirada más dulce y el abrazo
de la esperanza…del llanto y la agonía.
Vida que poco a poco ha forzado mi desengaño, mi desolación
y un sufrimiento comparable solo al infinito amor que mi alma
siente con toda su oscuridad. Ese amor que hiela todas las
venas de mi cuerpo, que entristece mi rostro, ese amor tan
verdadero y profundo que obliga a mi alma a llorar,
y que con su desesperado llanto pide a los
infiernos ser correspondido.
Ese amor por ella, por mi bella diosa .La pena y el amor
universal reencarnado en sus ojos. Ella que me mostró
lo que es vivir, lo que es querer, lo que es amar y
lo que es la tristeza. Me devolvió de nuevo la ilusión
por seguir vivo en este mundo y por ello le doy gracias.
Gracias por haber nacido, por cruzarte en mi solitario
y desdichado camino, por querer acompañarme
al menos por un tiempo y por haberme dado la
oportunidad de conocerte, de amarte, de poder
llorar pensando en ti y de poder sentir cerca
tu mirada, solo comparable al poder de la
muerte y a la grandeza e inmensidad de los
sentimientos que quiero regalarte sin
nada a cambio.
Solo porque te quiero. Nada más siente este
corazón y esta alma delicada, solo el amor
más grande que un ser podría sentir y un
miedo desolador por cuando el tiempo
o la llegada de tu verdadero amor
te aparte de mi lado.
Te Quiero
.28 octubre 2004.
Cuando nuestras vidas se cruzaron, escribiendo mientras te
miraba como dormías en aquel sillón, sabiendo que algún
día todo esto pasaría.
...seis años ya
